domingo, 26 de febrero de 2012

Dibs, en busca del Yo


Dibs, en busca del Yo 

Virginia Axline demuestra cómo realizar terapia de juego no dirigida, que puede llegar a mover el mundo de una maestra, de una mamá o de cualquier otra persona que está acostumbrada a dirigir y cuestionar el juego de los niños.   Es importante la relación que se establezca con el niño, en la cual él se pueda sentir libre, aceptado, no juzgado.

Dibs,  una historia relatada con la mayor cantidad de detalles posibles. Admirable la forma en la que Virginia Axline describe la vida cotidiana de un pequeño niño, que ha sido etiquetado como retrasado mental, con daño cerebral o autista.  Y que con el acompañamiento de una excelente psicóloga llega a descubrir su liderazgo.     
    
Esta es la historia de un niño con grandes alcances intelectuales, pero con muchas dificultades para relacionarse con las demás personas,  presenta una actitud solitaria, alejado del mundo, agresivo. Sus maestras hicieron todo lo que estaba en sus manos para ayudarlo, ellas no entendían que era lo que le sucedía a Dibs.


Dibs, al inicio, es un niño retraído, marcado por las maestras, agresivo, solitario, con una ausencia de capacidad para referirse a él. Cuando Dibs comienza a tener terapia con Virginia ella le da instrucciones sencillas como "Quítate los guantes", y él responde "Dibs quítate los guantes". Es importante resaltar la falta del Yo en su organización mental y en su vocabulario.  
Resalta la falta de comprensión por parte de la institución educativa y de la familia sobre las dificultades y la forma de ser de Dibs. 

El siguiente texto refleja la esencia de la terapia no directiva, tomado del libro Dibs en busca del Yo: 
No lo presioné para que me dijera en qué estaba pensando. Yo quería que él experimentara algo más que un ejercicio de preguntas y respuestas. Quería que él sintiera y experimentara su propio ser en nuestra relación, y no que la encerrada dentro de una sola clase de conducta. Quería que él aprendiera que era una persona compuesta de muchas partes, con sus altas y bajas, sus amores y sus odios, sus temores y su calor, sus deseos infantiles y sus intereses más maduros. Quería que aprendiera por propia experiencia la responsabilidad de asumir la iniciativa para usar su capacidad en sus relaciones con las personas. No quería yo dirigirlo hacia ningún canal exclusivo por medio de la alabanza, la sugestión o las preguntas. Podría perder completamente la esencia de la personalidad total de este niño, si me apresuraba a hacer conclusiones prematuras. Esperé mientras Dibs se quedó ahí pensando. Una sonrisa, apenas dibujada y fugaz, cruzó por su rostro. “


Por medio de la terapia de juego no directivo Virginia permite al niño que sea él mismo, permitiéndole reconstruir sus experiencias, su mundo. También por medio de esta terapia él fue tomando conciencia de las capacidades que tenía, de su fortaleza, valentía, entusiasmo. 



¿Ya jugaste con el rompecabezas? ¡Hazlo y encontrarás información muy importante sobre la terapia de juego!

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